viernes, 21 de enero de 2011

Un aparato para clorar agua

Yaniris López
Santo Domingo
Preocupado por los efectos del cólera en la población, el inventor dominicano Jacinto Gerda pone a disposición de la población y de organizaciones sin fines de lucro (internacionales y locales) un práctico instrumento de clorar agua que había inventado en 1991.
En aquella ocasión, Gerda desarrolló el artefacto por petición de unos amigos que viajaban a Perú y África a combatir, precisamente, el problema del cólera.
Se trata de una especie de llave elaborada a base de PVC (cloruro de polivinilo) y plástico, práctica y económica, que no depende de otra tecnología.
Gerda define su invento como un artefacto del tercer mundo porque no lo afectan los apagones y funciona sin tarjetas.
“Es como una llave, pero arriba tiene un cilindro donde se le aplica el cloro que se va a ir dosificando”.
Su manejo es muy sencillo, explica. El tubo más ancho de la llave se destapa y dentro se coloca el pedazo de una pastilla de cloro de las que venden en las ferreterías a 30 pesos. Esta pastilla mide aproximadamente tres pulgadas. Una pulgada es suficiente para el espacio del tubo y para clorar el agua durante 10 ó 20 días.
El tubo del artefacto que se inserta a la llave tiene dos partes: una plástica adecuada para llaves con rosca y otra lisa. Una vez insertado, el agua correrá por la llave e irá erosionando la pastilla de cloro.
“El agua saldrá clorada a 2 ó 3 partes por millón de cloro, suficiente para desinfectar los vegetales, las frutas y las manos o para limpiar los utensilios de la escuela de los niños”, detalla Gerda.
El aparato se coloca sólo una vez en el fregadero y allí queda de manera permanente, “para que la gente no omita el uso de cloro en la desinfección con la excusa de que tiende a ser olvidadiza”, dice Gerda.
Una solución
Aunque realizó estudios en sociología y es especialista en productos naturales y en tratamiento de aguas, Gerda se ha dedicado a inventar tecnología aplicada.
“En nuestro medio la gente común no tiene acceso a la tecnología porque es costosa y difícil de operar con estos apagones. Eso ha hecho que durante un tiempo me dedique a crear una tecnología que pueda desarrollar en cualquier medio”, comenta.
La mayoría de los equipos que inventa tiene que ver con la calidad del agua y dice que desarrolla los equipos tomando en cuenta las opiniones y aportes de profesionales del área de la salud (ginecólogos, otorrinos, dermatólogos…).
Según Gerda, establecido en San Pedro Macorís, las aguas de esta ciudad y la de la capital que se obtienen a través de pozos están contaminadas con pseudomonas.
Pese a que el agua de la CAASD viene tratada, las rupturas que se producen sifonan las líneas y las aguas de los pozos se mezclan con las de las calles, indica.
“El artefacto es una herramienta práctica y sencilla para enfrentar ese problema, ya que muchas veces la gente omite el uso de cloro porque no tiene tiempo o porque no lo tienen a mano”, expresa.
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PROPONE COLOCARLOS EN LAS ESCUELAS

Como la idea de Jacinto Cerda es que el aparato de clorar agua llegue a cada casa dominicana, el inventor prefiere que sean las instituciones sin fines de lucro las que lo adquieran y distribuyan.
“El precio no va a exceder los 250 pesos, por eso queremos que estas instituciones se involucren en la venta para que se cumplan dos funciones: la de clorar el agua y también una función social”.
Crear un comité Gerda aprovecha la ocasión para hacer un llamado a las autoridades de educación y de salud pública. “En medio de esta epidemia de cólera, sabemos que al Estado le costaría millones implementar un programa de saneamiento del agua, pero empleando este sistema de tecnología aplicada pueden crear comités de agua potable en las escuelas que estarían integrados por las asociaciones de padres, amigos, profesores y alumnos. Con el aporte mínimo de un peso por escuela cada dos meses, se podría comprar el cloro suficiente para que ese comité monitoree el uso del agua

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