MADRID.- ¿En Manila, Kaliningrado o Uttar Pradesh? ¿Ha sido niño o niña? Varios países se disputan el honor de haber dado hoy la bienvenida al mundo al simbólico habitante número 7.000 millones.
En 1999 fue Sarajevo la ciudad elegida por la ONU para recibir al habitante 6.000 millones del planeta, pero esta vez la organización internacional se ha abstenido de designar a una "ganador" de antemano y hay varios países que se han apresurado en proclamarse vencedores. Pero en esta partida, Filipinas ha sido el más rápido.
Danica May Camacho, una niña de 2, 5 kilos nació dos minutos antes de la medianoche del lunes en Filipinas. "Es tan hermosa. No puedo creer que sea la persona 7.000 millones del planeta", ha dicho Camille, su madre. Filipinas es el decimosegundo país más poblado de la tierra, con más de 94 millones de personas.
En la desfavorecida región de Uttar Pradesh, en la India, la ONG Plan International ha nombrado a Nargis, la niña 7.000 millones. Y en Rusia, mientras las autoridades del país han hecho lo propio en la ciudad de Kaliningrado con Piotr, el gobernador de Kamchatka, en el extremo oriental del país, también ha reclamado el título para el pequeño Alexandr.
"Nuestro país comienza precisamente en Kamchatka, por eso consideramos que nuestro bebé es el primero nacido en Rusia en el día de los 7.000.000.000", afirmó el gobernador de Kamchatka, Vladímir Iliujin. Además de un certificado expedido por las autoridades regionales, los padres de Alexandr han recibido como regalo un apartamento.
Equilibrio sostenible
Para muchos llegar a esta cifra histórica es, sin duda, un éxito: supone que vivimos más tiempo, que sobrevive un mayor número de niños e implica que en 37 años la población en la Tierra ha sumado 3.000 millones de personas. Sin embargo, para otros, este optimismo no se contagia ya que no todos se han beneficiado por igual de las oportunidades que alcanzar esta población puede conllevar y, además, alertan sobre los riesgos que pueden entrañar un mundo superpoblado tales como la incapacidad de gestionar adecuadamente los recursos naturales.
Entonces, ¿son 7.000 millones de personas demasiadas para mantener un equilibrio sostenible?
“Algunos dicen que nuestro planeta está demasiado poblado. Yo digo que somos siete mil millones. En nuestro mundo cada vez más interconectado, todos tenemos algo que dar y algo que recibir al trabajar juntos. Déjennos unir a 7.000 mil millones en el nombre del bien común global”. Son las palabras con las que el Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, explicaba la necesidad de concienciarnos sobre lo que aún falta por hacer.
Que seamos 7.000 millones de personas supone que entre todos sumamos, al menos, 7.000 millones de oportunidades para hacer de este planeta un lugar mejor. Es, sin duda, el reto del siglo XXI.
Las realidades evidentes
“Quiero que mi hijo tenga una vida exitosa, y debo hacer todo lo que esté en mi mano para que esto sea así”, cuenta P. Pawar a la agencia Reuters mientras pasa sus manos sobre su vientre.Su deseo más inmediato es el de que su hijo no se sume al lado más perjudicado, el de los 3.000 millones de personas que viven con menos de dos dólares al día según el informe publicado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas, UNFPA, "Población Mundial 2011".
Para ello es necesario aprovechar las oportunidades que se presentan fundamentalmente bajo el hecho de que en la actualidad haya mejorado la esperanza de vida, desde los 48 hasta los 68 años, y de que los menores de 25 años supongan el 43% de la población, lo que puede funcionar como mecanismo para potenciar un nuevo poder de acción con el que reconfigurar el mundo.
Según el informe del UNFPA, lo básico e inmediato debe ser romper el círculo vicioso de la pobreza: a medida que esta aumenta, aumentan la inseguridad alimentaria, la desigualdad, las tasas de mortalidad y las tasas de natalidad. Pero, ¿cómo quebrarlo? Aprovechando las inversiones en salud y educación en esa gran mayoría de jóvenes que pueblan la Tierra y en sus mayores.
Se trata de acabar con la evidente brecha entre países pobres, en los que las altas tasas de fecundidad perturban el desarrollo y consolidan la pobreza, y los más ricos en los que sucede al contrario, la baja natalidad y la escasez de mano de obra provocan inestabilidad en cuanto al crecimiento económico y la seguridad social.
Con motivo del Día Mundial de la Alimentación las organizaciones no gubernamentales ya alertaban de que el problema no residía en la falta de alimentos o de recursos, sino en la carencia de técnicas de implementación.
El problema no es la sobrepoblación
En esta misma línea se manifestaba el Director Ejecutivo del Fondo de Población del UNFPA, Babatunde Osotimehin: “El asunto de la población es crítico para nuestra humanidad y para la Tierra. Pero no se trata de una cuestión de espacio, sino de igualdad, oportunidad y justicia social”.A partir de esto, el habitante 7.000 millones no solo tiene ante sí el reto de contribuir a un mundo más justo, sino que además deberá hacer frente a un clima de incertidumbre económica y a un planeta sometido a condiciones climatológicas extremas que han dado lugar al rasgo demográfico definitorio del siglo XXI: las migraciones.
En la actualidad 214 millones de personas viven fuera de sus hogares. Esto, según la Organización Internacional para las Migraciones, OIM, debe considerarse una oportunidad y no un fracaso del desarrollo: “Se reconoce cada vez más que la migración es un componente esencial de la vida económica y social de todos. La migración ordenada y conducida como es debido puede ser beneficiosa, tanto para las personas como para las sociedades”.
El problema reside en el cómo se gestionan dichas migraciones, vistas en muchos casos como una amenaza, ya que el origen reside, en muchos casos, en desastres naturales o ante la búsqueda de una nueva vida con oportunidades laborales.
La ONU hace hincapié en su tesis: son tiempos turbulentos, sí, pero hay que saber adaptarse, modificar lo necesario y avanzar para poder abastecer necesidades y más teniendo en cuenta que verdaderamente hay recursos que están al límite.
Los recursos naturales
"Dadas las desigualdades existentes en el ingreso, es incontestable que el problema principal es el consumo excesivo por parte de unos pocos ricos y no la superpoblación por parte de los numerosos pobres", explica el periodista de temas del medio ambiente, Fred Pearce.Poder satisfacer las necesidades de una población en constante aumento depende de contar o no con un medio ambiente en buen estado. Los factores demográficos, la pobreza, y la falta de acceso a los recursos en determinadas regiones así como una actitud derrochadora en otras, porvocan o hacen que se incrementen los problemas de degradación del medio ambiente, el agotamiento de sus recursos y, en definitiva, impiden el desarrollo sostenible.
"Actualmente la Tierra necesita un año y seis meses para regenerar lo que utilizamos en un año", explica la organización Global Footprint Network. De ahí la llamada de atención -lanzada entre otros por el Banco Mundial y Naciones Unidas- de concienciación sobre cómo gestionar adecuadamente todos los recursos y evitar el despilfarro por parte de los más pudientes tales como Estados Unidos: "Si todos tuvieran el estilo de vida del estadounidense medio, necesitaríamos cinco planetas", sentencia Global Footprint Network.
Así, que estre lunes 31 de octubre nazca el hijo de Pinky Pawar, junto a otros miles, supondrá que sumamos la histórica cifra de 7.000 millones de habitantes, una cifra que deberá caminar de la mano con una nueva forma de conducir el crecimiento, sabiendo llevarlo tal y como defiende Naciones Unidas: no como una amenaza, sí como una oportunidad de gestionar la Tierra de una manera inteligente.
jt/am
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