martes, 20 de septiembre de 2011

El satélite UARS pesa seis toneladas y se mantuvo en funcionamiento de 1991 a 2005 (Reuters). WASHINGTON (EFE) — La NASA sigue de cerca la trayectoria del satélite de Investigación de la Alta Atmósfera (UARS) que dejó de funcionar en 2005, el cual podría caer a la Tierra el próximo 23 de septiembre.
El transbordador Discovery transportó en 1991 este satélite de seis toneladas diseñado para medir los cambios atmosféricos y los efectos de la polución, que emprendió su camino de regreso a la Tierra hace seis años.
Los científicos de la NASA calculan que el satélite se despedazará al entrar en la atmósfera, y aunque no se desintegren todas sus piezas, las probabilidades de que ponga en riesgo a los ciudadanos es "extremadamente pequeña".
En este sentido, indicó que las probabilidades de que un objeto espacial hiera a una persona durante su reingreso es menos de una entre 10,000.
De hecho, aseguran que desde el principio de la era espacial no se ha confirmado ningún caso en el que haya resultado lastimado alguien por un objeto espacial durante la maniobra de reingreso.
La NASA sigue la trayectoria del satélite junto con otras agencias espaciales extranjeras, e informará sobre el movimiento del artefacto a medida que se acerque a la Tierra.

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